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12 mayo 2010

De aquella vez sin mala suerte…

Todo lo que me ocurre, estas vivencias, esos desagradables momentos, la multitud de humillaciones públicas y privadas que he padecido como ya sabéis, tienen un denominador común: la mala suerte. En verdad es que yo de pequeño siempre quise tener poca suerte. Porque cuando tienes tan mala suerte, (y por tanto es demasiado obvio que eres gilipollas), en el fondo el resto del mundo, sorprendentemente, piensa que eres un genio. Es en realidad como si fuera el siguiente paso. Por lo visto llega un momento en que traspasas esa delgada línea en que las personas no sólo dejan de creer que eres un gilipollas desgraciado, sino que de repente también llegan a la conclusión de que te pareces al de la película Una Mente Maravillosa. Como si no fuera posible tener tan mala suerte sin una compensación. Por lo tanto esa compensación a veces va más allá de simples toques de genialidad regalándome un buen día.

 
Fue justo el día de mi cumpleaños, de mi vigésimo cuarto cumpleaños. Para los que son de la LOGSE, cuando cumplí veinticuatro. Cumplir años siempre me ha sentado realmente bien. A decir verdad me encanta esta efeméride anual. El problema era que ese día tenia turno doble en aquel antro donde trabajaba, ese sitio infestado de cucarachas tan mal pagado. Lo único que me hacia volver cada mañana era Marta. Marta era una tía buena, de esas que además saben que están muy buenas como las princesas de cuento. De esas que son conscientes de ello e incluso lo explotan.


 En definitiva, esa mañana me las arreglé para bajar bien temprano a desayunar con la esperanza de recibir toda una retahíla de felicitaciones y presentes varios. Aparecí en la cocina donde mi madre preparaba, entre fogones, café caliente y el puchero del mediodía. Esperé paciente su felicitación, pero para mi horror no obtuve mas que un simple buenos días entre bostezos y legañas. No importa. Un olvido lo tiene cualquiera. Total, éramos tantos en casa que podía perfectamente habérsele olvidado entre las obligaciones matutinas. Me quedaba el recurso de mis hermanas. Esas niñas detallistas y adorables me agasajarían en cuanto entrasen en procesión por la cocina. Las oí corriendo escaleras abajo ansiosas por darme la felicitación que este memorable día merecía. Entraron en la cocina, se sentaron entre gritos y reproches sobre cuál de ellas se lavaría el pelo en primer lugar aquella mañana. Pero de los regalos, tarjetitas, cancioncillas, besos y arrumacos ni rastro alguno.


  Abatido por las circunstancias acaecidas, salí de casa rumbo al trabajo esperando como agua de Mayo esa compensación merecida en forma de multitud de regalos y cariños. Cerca del trabajo, al doblar la esquina, la vi a ella. Marta a veces me esperaba en aquel banco verde de la plaza de las Palmeras, para entre risas y nervios acompañarnos mutuamente al trabajo. Siempre decía que era muy gracioso. Tras unos pocos metros caminados, me felicitó. Fue ella la primera que me felicitó y se congratuló por mi nacimiento, apretando sus turgentes pechos contra mi hombro sorprendido. Esa mañana estaba convencido de que mi suerte por fin me daría una pequeña tregua.


Y es que de repente Marta, con mirada pícara, apretándose mas aún contra mi hombro, susurró en mi oído, esas palabras dulces y soñadas:

- ¿Por qué no pasamos del trabajo y celebramos tu cumpleaños? Preguntó sensualmente, evocando en mí toda clase de pensamientos impuros. Solo acerté entre balbuceos y temblor de mandíbula a asentir encandilado por el canto de aquella sirena. Agarrándome con firmeza de la mano me condujo hasta el piso que compartía con unas amigas muy cerca de nuestro punto de encuentro. Entre palpitaciones desgarradoras y ardor genital me llevó casi a trompicones subiendo las interminables escaleras hacia el tercero izquierda, sin ascensor. 

 Una vez llegamos a aquel apartamento que supondría el emplazamiento de consagración de todas mis fantasías se volvió hacia mi diciendo:

- Voy un momento a mi habitación a por tu regalo. Espera aquí. Dijo posando sus dedos sobre mis labios instándome al silencio.

 La miré alejarse hacia su dormitorio con ese ligero bamboleo hipnotizante. Tras unos minutos apareció con mi regalo. Llevaba un pastel del Mercadona enorme, acompañada por todos mis amigos. Estaban allí mis hermanas, Jaime, el de las vegetaciones y el jabalí perdido.¡Hasta mi padre vino a felicitarme! Salieron todos cantando acompasados el cumpleaños feliz mientras yo, maldiciendo mi desastrosa suerte, miraba sentado en el sofá… ¡¡En pelotas!!.











“El hombre con peor suerte del mundo”.


Corregido y etiquetado por Adriana Martín

36 comentarios:

Anónimo dijo...

hombre ya era hora¡¡¡¡¡ así que vas quedandote desnudo por casas ajenas? eres un depravado como tu dices, me encanta la canción, como siempre sorprendiendonos. ¡¡GRACIAS¡¡

Anónimo dijo...

Yo creo que a partir de ahora la gente va a psar olímpicamente de felicitarte en tu cumpleaños....por si las moscas ;)

Adri

Lucia Otero dijo...

"gracias a vos!!!, besos juanma!!!!"

Accion Positiva Francisco Arredondo dijo...

Muy bueno Juanma. Saludos

Marta Muñoz dijo...

anda mejores cumpleaños habras tenido, felicidades.

Anónimo dijo...

superbuenas las ilustraciones como siempre..

Anónimo dijo...

Anda.. que chasco..!!! jejejeje.. un final inesperadamente ummm brusco..!!!

Muy bueno.. besos!!

Anónimo dijo...

dios el dibujo del jaime y el jabali es justo como me habia imaginado, jajajajajajaja buenisimo el reencuentro.

Emilia S dijo...

tu blog esta excelente :P

Anónimo dijo...

owowowowowowow!!! que guapo el logo!!! genial! expresivo! me encanta! triunfas!

Anónimo dijo...

.... y si yo tambien pienso que el blog es excelente!!!!!!!!!!! :P

Anónimo dijo...

muy gracioso! no qiuero imaginarte en pelotillas, sin palabras

Anónimo dijo...

dios que cambio de imagen, jajajaj molaaaaaaaaaa

Maria José Sánchez Marín dijo...

Holaaa!! Queria feliciatarte por tu trabajo, muy bueno, en serio. Spero q sigas escribiendo, porq siempre se agradece un rato de risas.. Y bueno, tb spero ( valga la redundancia) q nunca te de una tregua la mala suerte,porq no creo q escribas entonces cosas tan buenas..xD
Un Saludo.

Anónimo dijo...

y de quien es el temazo musical que se oye? parece sacado de una pelicula de Pajares y Esteso.

Anónimo dijo...

cada ves metes mas dibujos como se nota que eres un dibujante colega, animo y felicidades por los exitos.

Teacher Chop-chop dijo...

Sí divertido, pero ya había oído la historia... es un chiste más viejo que Matusalén, chaval

Teacher Chop-chop dijo...

Ah, una vez más, la música maravillosa

Anónimo dijo...

Prop!!quien es Matusalén¿?¿?

Prop prop

Anónimo dijo...

jajajajaj muy bueno

Anónimo dijo...

volvemos a tener noticias del jabali¡¡¡ que sorpresa

Anónimo dijo...

muy chulo y felicidades por los exitos, que ya me he enterado

Anónimo dijo...

buenas ilustraciones.

Anónimo dijo...

la musica me da miedo, jijiji

Anónimo dijo...

¿este capitulo te ha dado por los desnudos? y la pornografia encubierta, jeje mola mola

Anónimo dijo...

genial como siempre.

Carlos rojas dijo...

Este blog es genial! Muchas felicidades y éxitos !

Anónimo dijo...

muy buen diseño de blog, divertida historia, mu chulos los dibujos

Kantabudha Art dijo...

Disfruten y sueñen!!!! enhorabuena Juanma!!!

Mariano Soto dijo...

jajaajajaja
muy bueno Manu!!!!!!! la verdad q me hacés reír mucho....
(hacéme caso con lo de la música)....je
abrazo grande chavalín

Anónimo dijo...

ES UN CHISTE ANTIGUO JUANMA. PERO ESCRIBES MUY BIEN.

Anónimo dijo...

Jajajaja pues a mi me encanta como narras las cosas, me parece un estilo muy particular y entretenido. Besos

P dijo...

ES VERDAD POR MENOS ES OTRA FORMA DE CONTAR LAS COSAS, ALGO ORIGINAL LOS CRITICONES QUE SE VAYAN A OTRO LADO, MUCHOS VAN DE SOBRADITOS

Anónimo dijo...

haber si vamos a empezar a darnos de hostias, jijijiji

mar dijo...

La música me encanta, te superas cada dia. Un beso

Anónimo dijo...

los dibujos unicos las historias como tu las cuentas estupendas la musica preciosa un beso

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